lunes, 10 de diciembre de 2018

ELEGIR AL VERDUGO



Ignorancia y  actitud antisocial te hacen esclavo del neoliberalismo

Pereza razonativa y avaricia te entregan a la especulación financiera

Irreflexión y egoísmo te vuelven víctima del fascismo


Han pasado tres años largos de la gestión “cambiemita”, llevada adelante por los CEOs, autoconfesos,  por si no alcanzaran las evidencias, de ser “adoradores del dios mercado”.

Después de este periodo de gestión “macrista”, es evidente  la caracterización de los ganadores y perdedores al interior de nuestra sociedad. 
  • Por un lado los grandes bancos, los agroexportadores y los licenciatarios de explotaciones extractivistas. 
  • Por el otro las industrias productivas y toda la pléyade de asalariados, los obreros, los empleados que se perciben como clase media, los profesionistas no rentistas que se autoperciben cercanos a la clase alta, los pequeños comerciantes y los titulares de PYMES.

Todos estos últimos, debieran haberse percatado a fuerza de golpearse contra la realidad, incluso los más ideologizados contra el precedente gobierno, que su elección no los hace figurar en la lista de invitados a la fiesta de los privilegiados.

Luego de esta pequeña introducción y a partir de un puñado de ejemplos básicos, me permitiré intentar dilucidar, cuales fueron los “deseos malsanos” que llevaron a este grupo de “perdedores del modelo” a elegir, mayoritaria y acríticamente, a sus “verdugos”.

.- Los jubilados, pese a todas las evidencias de mejora de su situación por obra del gobierno anterior, optaron mayoritariamente elegir su penuria actual, acicateados por un virtual 82%, del que casi disponían, del que ahora están lejísimos y que los encuentra mendigando un “bono compensador” que el gobierno que eligieron desestima.

.- Los trabajadores de mejores sueldos, tanto estatales como privados, fueron incitados a rechazar el pago del llamado “impuesto a las ganancias”, lo que dio lugar a llamativas huelgas en contra de la anterior administración y su mayoritaria opción por el cambio de gobierno. El resultado de su elección dio por consecuencia un gobierno que bajó la base imponible y aumentó significativamente la masa aportante. A pesar de ello los reclamos por tal impuesto desaparecieron, reemplazados por la preocupación por la baja del poder adquisitivo del salario y el temor a perder el trabajo.

.- Los “clasemedieros” se rasgaban las vestiduras por los planes sociales que recibían los menos favorecidos, rezongo que fue reemplazado por los lamentos proferidos al aumento de tarifas de servicios que les propinó el gobierno que eligieron, dañando irremediablemente su nivel de bienestar.

.- Los industriales, titulares de PYMES, comerciantes y profesionales, criticaban amargamente el llamado “cepo cambiario”; preocupación que hoy trocaron por sus quejas ante la desaparición del poder de compra de sus clientes, que limita sus ingresos y por el descontrol importador que les quita amplias porciones de mercado.

.- Los docentes, que desestimaron la buena predisposición del gobierno anterior hacia su situación, haciéndose eco del sibilino “podés estar mejor”; lograron como contrapartida que el gobierno actual rechace la negociación para la mejora de sus condiciones y los acuse permanentemente de negligentes y “faltadores”.

Este manojo de ejemplos palmarios sirve para mostrar que Macri, “no nació de un repollo”, es el resultado de la ACTITUD ANTISOCIAL de no pensar al otro como un igual; de la PEREZA RAZONATIVA que impide considerar la equidad de derechos hacia el prójimo; del EGOISMO de considerar que si le dan al otro, recibo menos; de la IRREFLEXIÓN de no comprender que cuantos más estén mejor, mayor será el bienestar general y de la AVARICIA de esconder lo propio a los otros, en la IGNORANCIA que, ocultando, mi situación no mejora por acaparar, para que el otro esté peor.

domingo, 29 de abril de 2018

MANUEL BELGRANO "El Héroe Virtuoso"

1820 - 20 de Junio - 2021
201° aniversario del deceso 
1770 - 03 de Junio - 2021
251° aniversario del natalicio

Héroe de la Independencia.

En honor a su persona, como homenaje a la creación de la Bandera de la Patria, se conmemora en cada aniversario de su deceso (20 de Junio de 1820), el "Día de la Bandera Argentina" y el dia de su nacimiento (3 de Junio de 1770), en reconocimiento a su padre Domenico, venido de Génova; la "Jornada del inmigrante italiano en Argentina"

Si el Gral. San Martín es justamente reconocido como "Padre de la Patria", no es menos justo que se exalte a MANUEL BELGRANO como "ALMA CÍVICA DE LA PATRIA".

Reunió en su persona de ciudadano, todas las virtudes extremas de un "Santo Republicano".

.-Nació en "cuna de oro" y no hesitó en comprometer su patrimonio por la causa de la libertad, tanto, que falleció sin bienes materiales.

 .-Siendo un civil , de profesión abogado, no dudó en tomar las armas y conducir a sus conciudadanos a la batalla por la independencia encabezando varias campañas militares.

 .-No le tembló el pulso en hacerse responsable de conducir el noble "Éxodo Jujeño" mostrando su liderazgo y la confianza que despertaba en los ciudadanos que aceptaron seguirlo, abandonando sus tierras.

 .-Jamás aprovechó su posición en dichas campañas guerreras para enriquecerse o mejorar su situación patrimonial, es mas, pese a sus dificultades financieras, donó los 40.000 pesos oro con que lo premió el gobierno central por sus triunfos en batalla; destinándolos a la construcción de 4 escuelas.

 .-Se compenetró tanto de sus responsabilidades, hasta el punto de comprometer definitivamente su propia salud.

 .-Nunca invocó sus derechos, ciertamente adquiridos, para reclamar sueldo o pensión de la Nación; transcurrió sus últimos días en tal situación de necesidad, sin quejas ni amargura; llegando al extremo de pagar los servicios de su doctor con su ultimo bien, su reloj de oro.


 ¡Reconocimiento eterno al Alma Cívica de la Patria, MANUEL BELGRANO!


<<Es el más metódico de los generales que conozco en nuestra América; lleno de integridad y talento natural, no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame Ud. que es el mejor que tenemos en América del Sur>> General José de San Martín






“GLOBERTISMO” Insalubridad Social



No se quien sea éste “Eddy Whopper”, imagino un seudónimo de alguien que navega las Redes Sociales sin deseos de manifestar su real identidad. No voy, respetuosamente, a poner en tela de juicio ese prurito, pero si alabar su abordaje sociológico, desde el punto de vista de la salubridad, de ese fenómeno asocial que él llama Macrismo, calificación que a priori desecho, por falta de sustancia doctrinaria de esa liviana moda, a la que, en consonancia con su vulgaridad conceptual y dialéctica, simplemente prefiero llamar Globertismo.

Ahora bien, adentrémonos en el interesante texto, que por la modalidad de llegada a mi conocimiento, por interpósitas personas, y en partes, no puedo garantizar su integridad sintáctica; pero si su lucidez.
  

"Creo que si hubiera un hecho, que confirmara de por sí y para siempre, que el macrismo pueda ser abordado desde el paradigma salud/enfermedad, ese hecho es la vuelta de Domingo Cavallo a la escena de las decisiones económicas.

 Cavallo, el implementador de las políticas de DESTRUCCION TOTAL de la economía nacional, el que procuró y posibilitó que de verdad "SE ROBARAN TODO", está hoy junto a Mauricio Macri, con el beneplácito somnoliento de una mayoría ya definitivamente intoxicada.

De la minoría beneficiada por la pauperización de su prójimo, ni se hable: el placer no puede provenirle sino de su perversión. 

Pero aquella mayoría... ¿no aplaude hoy el regreso de quien le provocó LA CRISIS MÁS AGRESIVA Y DEVASTADORA DE TODA SU HISTORIA?
¿No es, en último término, indiferente? ¿Y qué otra cosa resulta todo ello que un síntoma de grave patología, pues lo que se festeja o desdeña es, precisamente, la afectación del propio PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN?

Cuando los peritos psiquiatras deben discernir si un individuo tiene sus facultades mentales alteradas, en lo primero que centran su atención es en si su conducta tiende a resguardar su integridad psicofísica o si, por el contrario, el sujeto dirige sus acciones a dañarse. a menoscabar su estado de salud. Si el sujeto se auto-inflige daños, la conclusión es inmediata: está enfermo.

Es, precisamente, lo que se verifica en el macrista emocional, que está dispuesto a ser dañado a cambio de lenguaje amigable, legitimación de oscuridades morales y estética aspiracional.

Argentina, a la vista de cualquier lectura lúcida, está hoy enferma de macrismo, un fenómeno de sugestión colectiva cuyos afectados, sumidos en la ignorancia dolosa o en la perversión y saturados de anti-valores, resultan ser los principales garantes de la continuidad de ese estado mórbido.

Son ellos y sólo ellos los hacedores patológicos de su propia degradación, los artífices de su cercana miseria y de la de sus semejantes, los portadores de la vergüenza con que serán recordados y los titulares repudiables de una culpabilidad inexcusable, nacida y criada al calor de su histórica pobreza espiritual, que se materializa hoy en la ilusión “des-virtuosa” y “virósica” de un "cambio" de mil años."

Eddy Whopper

domingo, 15 de abril de 2018

ENTREVISTA A PEPE MUJICA


Entrevista a Pepe Mujica sobre Lula, el aborto, la izquierda, la corrupción y el ser humano

“¿Por qué hay tanta enfermedad del balero?”

Presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, el senador Pepe Mujica está muy preocupado por lo que ocurre en Brasil con su amigo Lula y por su impacto en la región. En diálogo con PáginaI12 no se privó de ninguna definición sobre ningún otro tema.
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Por 
Gonzalo Arias / Desde Montevideo
Fuente Página 12 / ARGENTINA

Cerca de cumplir 83 años el mes que viene y con 14 años de su vida como preso político, el senador José Pepe Mujica ya fue otra vez senador, y también ministro de Agricultura y Presidente en los gobiernos del Frente Amplio que gobierna Uruguay desde 2005. Sigue siendo un protagonista de la política, en el mundo y sobre todo desde su chacra de siempre, en las afueras de Montevideo, donde recibió a PáginaI12.

–En la Argentina se está debatiendo actualmente la posibilidad de que se apruebe un proyecto de despenalización del aborto. Uruguay lo discutió en 2012, cuando usted era presidente. 
–Desde que el mundo es mundo, hay abortos. Cuanto más oculto y menos reconocido lo tenemos, más perjudicamos a las mujeres pobres, castigamos doblemente a las mujeres pobres. El paso a la legalización parte de este primer escalón, primero tenderle una mano social a la mujer si quiere retroceder en la decisión que tome. Si lo dejamos como un fenómeno clandestino, eso es imposible. Es decir, una atención social y psicológica de ayudarla si quiere retroceder. Creo que se terminan salvando más vidas con un procedimiento así de cara, de frente, reconociéndolo, que en el otro, al decir no, el aborto no. Pero sigue existiendo, porque somos hipócritas si no nos enteramos de que existe y que termina en una sociedad de mercado, siendo un estupendo negocio para algunos, y caro. Más claro: las mujeres que tienen la necesidad de abortar y que tienen poder económico van a resolver al problema clínicamente, bien atendidas. Las mujeres que están en el fondo de la sociedad, que tienen problemas sociales, se van a jugar la vida. Por esto nosotros decidimos. Porque no es que me gusta o no me gusta. El problema es que existe. En Uruguay, es una vieja manera de pensar.

–¿Es realismo?
–No se puede tapar lo que existe. Eso nos llevó a que en 1912 hubo un gobierno que le dio el divorcio a la mujer por su sola voluntad, que reconoció la prostitución con carnet de salud y aportes sociales. ¿Por qué, porque me gusta la prostitución? No, no, pero existe, es tan vieja como el mundo. Porque a un gobierno se le ocurra que no existe no va a dejar de existir. El alcohol lo mismo. Allá por 1915 hubo un gobierno acá que no pensó en la Ley Seca como en los Estados Unidos. No: nacionalizó la producción de alcohol de boca para garantizar que fuera un alcohol bueno. De ahí sacaba recursos para atender la salud pública, entre ellos las consecuencias del alcoholismo. Esa filosofía ha estado muy metida en Uruguay: no negar la evidencia de la realidad y tratar de organizarla lo mejor posible. Me considero un humilde heredero de esa tradición. La marihuana, ¿qué, la marihuana es una maravilla? No, es una joda, yo no creo que ninguna adicción sea buena. Si la intentamos legalizar, por lo menos tenemos un elemento de control y le damos un golpe al narcotráfico por el lado de romper el mercado. Hay una cierta armazón en todo: no negar la evidencia de la realidad y aceptándola, tratar de organizarla lo mejor que se pueda para que tenga un costo menor.

–Brasil está viviendo uno de los terremotos políticos de la región más importantes de los últimos años. ¿Qué impacto cree que puede tener en la democracia brasileña y en la región el escenario posible de que le prohíban postularse a un candidato como Lula, que podría ser electo con más de 60 por ciento?
–No lo puedo medir, pero no es la primera vez que Brasil hace dibujos de terror. Hay que recordar el suicidio de Getúlio Vargas. Curiosamente debe ser el pueblo más alegre de América Latina, un pueblo de samba, hermoso, mestizo. Si en la Argentina pasaba lo de Lula era un incendio. Daban vuelta Buenos Aires. Eso por las tradiciones que tiene el pueblo argentino. Brasil no es así, es distinto, no tiene esa tradición de luchas colectivas, de masas, de múltiples organizaciones sociales que se mueven. ¿En qué desemboca? No sé. Porque si han hecho tanta barbaridad (hay que recordar lo de Dilma y eso), no parece que tengan espíritu de detenerse así como así. De todas maneras no la van a tener fácil. Parte de la opinión a favor de Lula es la consecuencia sociológica de las reformas conservadoras que están metiendo. Lo meten a Lula en cana, pero los efectos de las reformas conservadoras los siente la gente. Y la gente se expresa políticamente. El PT, a la caída de Lula estaba hecho pelota. Y el PT sin Lula es muy poco, pero con Lula es mucho porque es un símbolo que está nucleando todo eso.

–¿Cuál es su enfoque sobre el tema de la corrupción? 
–El fenómeno de la corrupción ha golpeado por toda América latina, pero existe en el mundo entero. Pero es una cosa curiosa, porque en América Latina nos destripamos. Entre otras cosas rompemos todas las empresas. La Volkswagen, la empresa de fabricación de autos más grande del mundo, se mandó una joda de carácter sideral, no hay nadie en cana, y sigue facturando autos. Paga multas. A la banca Morgan la vacunaron con 3 mil, 4 mil millones dólares de multa. Pagan y a otra cosa. Y así sucesivamente. Nosotros destrozamos todo y una empresa (lo digo yo que, tengo una visión socializante) es también una construcción social. Si las pocas que tenemos las dejamos destrozadas, ¿a quién favorecemos? A las multinacionales de afuera. Yo preferiría no matar a la empresa porque la empresa es un esfuerzo colectivo, y una acumulación de conocimiento, de experiencia, de funcionamiento, romper eso es un disparate.

–Este fenómeno de la corrupción es interesante porque atraviesa a izquierda y a derecha por igual y hoy parece ser una preocupación de toda la sociedad. A riesgo de parecer ingenuo, ¿cómo se combate la corrupción? 
–Si se está sembrando la imagen de que triunfar en la vida es tener plata y eso es lo que estamos vendiendo como un modelo, y triunfador es el que gana mucha plata, ¿qué nos vamos a asustar de la corrupción? ¡Es una consecuencia del modelo que estamos planteando y se lo planteamos a todas las clases sociales! Y el gurí que nace en la pobreza y sale de caño, está enfermo de lo mismo. Y el burócrata que tiene un puesto importante en el Estado está enfermo también de lo mismo. Es una consecuencia de esta cultura, no hay que asustarse. Entonces, recogemos lo que sembramos. Ahora bien, no sembramos una sociedad de santos, no nos preocupamos por una sociedad solidaria. Tácitamente nos preocupamos por una sociedad de “Hacé la tuya, y mirá que con eso vas a hacer más feliz”. Acá hay un problema de filosofía de la vida.

–¿Cuál sería?
–El capitalismo necesita que estemos ambicionando, queriendo, comprando cosas nuevas y deseando. Generar deseos. Paralelamente a esto tenés que hacerte esta pregunta: ¿por qué hay tantos psiquiatras? ¿Por qué tanta enfermedad del balero? Parece que entramos en el siglo de las enfermedades neuronales, lo que está demostrando que algo anda mal. “Pobre es el que necesita mucho” es la vieja definición de Séneca. O la definición de los aymara: “Pobre es el que no tiene comunidad, el que está condenado a estar rodeado de soledad.” Este ideal de vida que significa comprar más que está planteado, y que el éxito depende de la riqueza, no tiene fin y quedan por el camino los afectos, porque para cultivar los afectos se necesita tiempo.

–¿Por qué usted habla cada vez más del tiempo?
–Las relaciones personales necesitan tiempo. Los afectos (porque el ser humano es muy emotivo: primero sentimos, después pensamos) necesitan tiempo. Pero si el tiempo de nuestra vida se gasta en la lucha por tener dinero para pagar las deudas que tenemos, ¿qué tiempo tenemos para nuestros afectos? “Yo no quiero que a mi hijo le falte nada”, ¡pero le faltás vos, que no tenés tiempo jamás de salir con tu hijo! ¿Qué querés, sustituir los afectos con juguetes? Las cosas no van por ahí. Porque las cosas inertes no emocionan. Las emociones son consecuencia de las cosas vivas. Esto es tan elemental que tácitamente todo el sistema nos lleva por un camino que es muy contrario a nuestro sentir. En realidad cuando comprás, no comprás con plata. Comprás con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Ojo, yo no hago apología del atorrantismo. Toda cosa viva tiene necesidades materiales y si tienes necesidades materiales, hay que trabajar para enfrentarlas, y el que no trabaja está viviendo a costilla de alguno que trabaja. Pero la vida no es solo trabajar. Acá hay un concepto de límite que nos hace perder esta civilización. Hay un tiempo para trabajar. Pero la vida no se hizo solo para trabajar. La vida tiene sentido para vivirla porque es lo único que se nos va. Gasto tiempo para tener plata para comprar. Pero no puedo ir al supermercado a comprar tiempo de vida. Por eso el concepto de límite, el viejo concepto griego, “nada en demasía” es parte de defender la libertad. Porque, ¿cuándo sos libre? Cuando estás sometido a la ley de la necesidad no sos libre. Sos libre cuando tenés tiempo que lo usás en lo que a ti te gusta y a ti te motiva.

–Quiere decir que la cultura del consumismo fue más arrolladora que la comunicación de una cultura?
–¡Por supuesto! La otra es de la academia. Es la que podemos decir en el devenir. Pero la cultura consumista golpea todos los días en el seno de los hogares, de la mañana a la noche y prácticamente estamos inmersos. Y eso es funcional al sistema. El sistema necesita que estemos debiendo, que tengamos cuotas que pagar. Y necesita que andemos desesperados porque no nos alcanza y cada vez tenemos que comprar más, porque somos agentes de mercado. Y los economistas se agarran la cabeza si no marcha ese mercado interno. Pero esto tiene una onda, tampoco la derecha la va a satisfacer, la va a explotar. Ya vendrá el reflujo, es inevitable. Yo creo que es pendular, y si tuviera que esquematizarlo hay tiempos que parece que son más bien de acumulación, y tiempos donde la prioridad la tiene el reparto: ninguno son definitivos ni eternos. El gran problema que tenemos los latinoamericanos es que por llegar tarde a la fiesta del capitalismo, tenemos las venas abiertas. Es decir, buena parte de nuestros períodos de eventual prosperidad, se nos va para afuera porque necesitamos recurrir a la inversión directa extranjera, después tenemos que pagar la amortización y la ganancia, aparte de los desequilibrios que se nos pueden dar en el comercio. Tenemos poca capacidad de generar ahorro con el esfuerzo propio porque estamos prisioneros de nuestra propia cultura y esa cultura nos hace también como países, eternamente demandantes. Sin darnos cuenta queremos vivir como el primer mundo, estamos como admirando el consumo del primer mundo, pero no somos. Porque ellos acumularon mucho, saqueando África, saqueando a la India. Hay una historia, 200 años atrás nosotros estuvimos ahí en el pelotón de los saqueados.

–¿Hay una crisis de sucesión de los líderes fuertes?
–Los hombres trascendentes son muy importantes pero a la larga no pueden sustituir a las formaciones políticas. Si uno tiene la humildad estratégica de reconocer que vamos pasando, que la lucha es eterna y permanente, y que es en el fondo por mejorar la civilización humana, no solo por una cuota de poder, se da cuenta que tiene que contribuir a crear la rueda de la historia y esos son colectivos que quedan luego de nosotros. El mejor dirigente no es el que hace más, o el que ladra más, o el que tiene el letrero más grande, o marquesina, o aplausos, o reconocimiento. No: el mejor dirigente es el que deja una barra que lo suplante con ventaja, porque la vida se nos va y las causas quedan, y el camino queda. Porque la lucha no es ni siquiera coyuntural, la lucha es el camino eterno de la vida.

–¿Produzca un triunfo o produzca un fracaso?
–Nunca hay un triunfo total, porque tampoco nunca hay una derrota total. Y porque además antropológicamente somos gregarios. Solos somos insignificantes, por poderosos que nos parezca que somos. Hay que detenerse un poco en las consecuencias de ser gregario. La construcción de la civilización humana es la herencia más grande que recibimos cuando nacemos. Desde aquellos que descubrieron el fuego y la rueda, hasta los que han descubierto la biología molecular. Cuando nacemos recibimos sin darnos cuenta la herencia de ese formidable esfuerzo intergeneracional. Quiere decir que lo que se ha acumulado es la destilación de generaciones que nos llega a nosotros y eso es construcción colectiva. ¿Eso va en contra del individuo? No, es lo que ampara al individuo. Lo colectivo es lo único que permite que el individuo no esté en soledad y enfrente a la vida con otras posibilidades. En el derecho antiguo, en las tradiciones antiguas, después de la pena de muerte, la pena más rigurosa era que te expulsaran de la comunidad porque tenías que salir a vivir en un mundo feroz, sin respaldo colectivo. Esta etapa de la civilización trata de atomizarnos. Vivimos en la megalópolis, a veces en un bloque de apartamentos donde ni nos saludamos con los vecinos. Es el imperio de la soledad en el medio de la multitud. Porque cuanto más solos estemos, más manejables somos. Uno tiende a creer que somos nosotros, que “he logrado esto por mi esfuerzo personal”... No quiere decir que el esfuerzo personal no tenga importancia, claro que la tiene, la tiene siempre que esté el cosmos colectivo que nos rodea. Yo tengo compañeros en pila, pero si me da un ataque cardíaco, preciso un cardiólogo, y eso me lo da la sociedad. Si salgo con la Fusca y se me rompe, tendré amigos pero necesito un mecánico que lo entienda. Todo eso es la sociedad. No podríamos vivir sin eso. Pero sin embargo esto lo olvidamos. Esto es tan elemental que rompe los ojos. Por eso hay que construir cuestiones colectivas. Pero también hay otra cosa: cambiar el mundo no es changa eh, tiene algunos inconvenientes, y a veces nos han costado caro. Pero es como una avenida que pasan autos, y autos van y vienen y es un loquero. No podemos evitar que pasen autos, pero tenemos que aprender a cruzar la avenida sin que los autos nos pisen. La avenida es la vida. El cruce es el grado de independencia que tenemos acá. Si tenemos conciencia, la lucha es por que esta sociedad demandante no nos lleve del hocico.  Porque creo, y este es un problema que tiene que incorporar la izquierda (o eso que llamamos izquierda, que llamamos progresismo, llamémosle como quieran): no alcanza con el desarrollo económico. Hay que entrarse a preocupar por la felicidad humana, porque esta vida se nos va.
   
–En 2016 usted señaló que “si a la izquierda le toca perder terreno, que lo pierda y aprenda” En este marco, ¿cuáles cree que son las “lecciones” que la izquierda tiene que aprender en el proceso político que viene?
–El duelo derecha-izquierda compone la historia humana, es un devenir constante. La forma que toma es contemporánea, pero es la cara eterna de la humanidad ese duelo. Triunfar en la vida no es llegar a un objetivo. Triunfar en la vida es levantarse y es volver a empezar cada vez que uno cae. Entonces, si la lucha es continua, tiene que ser colectiva porque solo lo colectivo se hereda. Pero además, los errores y la falta de humildad de creernos tan soberbios de creer que tenemos la verdad absoluta revelada y que somos absolutamente imprescindibles, y perdemos capacidad de negociación entre nosotros mismos y nos atomizamos. La gente de izquierda tiende a dividirse por ideas y la gente de derecha tiende a juntarse por intereses. La gente de izquierda es demasiado poética, la otra es demasiado realista. Para enfrentar eso hay que juntarse, colectivos grandes. Para lograr colectivos grandes, hay que aprender a transar con las diferencias y lograr puntos medios. Pero somos frecuentemente, tan soberbiamente intelectuales que dejamos por el camino a todos los que dijeron y queremos cosas cuadraditas, perfectas que solo están en el esquema de nuestra cabeza. La vida no es así. Y reventamos las fuerzas que pueden servir para enfrentar los desafíos que nos pone la grosa unidad de la derecha (que tiene sus contradicciones y a patadas también), pero tiene un instinto superior porque tiene intereses que custodiar. Creo que ha sido una constante.

–Hay un concepto que usted repite. Se lo cito: “Inventamos la república con la idea de que los hombres somos iguales, por lo menos ante la ley”.
–Todos sabemos que hay algunos que son mucho más iguales que otros. El que tiene mucha guita tiene abogados mucho mejores. Pero igual es una afirmación de principios que hay que defenderla. Debiera ser un camino ideal por el cual luchar. Los defectos que tiene no quieren decir que tengamos que volver al absolutismo. No merece ser despreciado, hay que defenderlo. Pero me parece que los que rengueamos por la parte izquierda o los que tenemos sentimientos solidarios no debiéramos desligar nunca nuestra forma de vivir y vivir como viven la mayoría de nuestro pueblo y no como viven las minorías privilegiadas.

–¿Cómo sería en la práctica?
–La izquierda tiene que cultivar una conducta. A la mesa ubérrima a la que nos invitan los señores por urbanismo a veces tenemos que concurrir y sentarnos, pero no es nuestra mesa. Nuestra mesa es la mesa común y corriente del pueblo común y corriente. Hay que vivir como se piensa, porque de lo contrario terminamos pensando como vivimos. La izquierda del futuro debe defender eso y debe preocuparse de esto. Yo no puedo cambiar la realidad de muchísima gente que está muy jodida, y si no lo puedo hacer, tengo que vivir a tono como vive la mayoría de la gente de mi sociedad. Porque eso es la República, eso es el republicanismo. Entonces yo he dicho, a los que les guste mucho la plata hay que correrlos de la política. En la política hay que buscar gente que viva con sencillez, con sobriedad. No quiero usar nunca más la palabra austeridad porque dejan a la gente sin laburo y a eso le llaman austeridad. Muy frecuentemente se pierde esa frontera. Y cuando sos referente no podés cometer esos errores porque el hombre de la calle ve esas cosas. Y si perdemos la confianza de la gente que defendemos, somos unos impostores. No creo que haya que ser monjes cartujos, no, pero hay que vivir como el pelotón de la sociedad, como la inmensa mayoría. Y ser coherente con un discurso que apunte a la igualdad, a la distribución, a la equidad, y que no puede solucionar todos los problemas, pero que los tiene que expresar. Yo creo que frecuentemente la izquierda en América Latina se equivocó en ese camino. Te tienden la alfombra roja, te ponen la corneta, te ponen toda una serie de instituciones que vienen del feudalismo, te las meten en los gobiernos, y creo que eso es una trampa. Soy desconfiado viejo, allá por la época de Nikita Jrushchov fui a la Unión Soviética y me llevaron a un hotel. Había unas alfombras que me hacían cosquillas en los tobillos y yo me hago la pregunta:“¿Para qué hicieron un hotel con este lujo en una revolución proletaria?” Ya no me gustó. Y empecé a mirar y me di cuenta que empezaba a haber una clase acomodada. Guarda: la forma de vivir también tiene que ver con lo que terminás pensando. Pero además esto se toca con la libertad: si no andás en la vida liviano de equipaje, tenés que preocuparte después de una cantidad de cosas materiales. Todo es complicado y difícil. Muchos sirvientes, que te afanan esto o lo otro... Dejá, si se puede vivir con enorme sencillez tranquilo. La sobriedad y la sencillez en el fondo son una terrible comodidad.

miércoles, 11 de abril de 2018

EL PLAN ATLANTA. Ya no es casualidad


Lula, el trofeo más preciado



¿Quién, que no conociera las apetencias imperiales del entramado de poder que gobierna los EEUU, hubiera pasado por alto las consecuencias de la reacción del imperio, ofendido por el rechazo, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, a su propuesta de emblocamiento económico subordinado?

El encadenamiento de hechos posteriores, desalojo del gobierno de Zelaya en Honduras, desplazamiento de Lugo en Paraguay, destitución de Rousseff en Brasil, persecuciones mediáticas y judiciales a los demás gobernantes progresistas de Latinoamérica y descarada protección a los verdaderos corruptos “amigos”; vienen marcando un “modus operandi” que dista de ser casual.

A continuación, un testigo “sorpresa”, permite, con el vívido relato de su experiencia, dilucidar como se mueven los hilos de la trama urdida, para escarmentar a los “rebeldes”, que osaron desafiar al “poder establecido”.
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24 Ene 2018, POR ANDRE BARROCAL

El proceso del líder del PT sigue el guión de una trama conservadora escrita en EEUU en 2012, dice un testigo ocular, un político de la República Dominicana.
A finales de 2012, Manolo Pichardo, político de la República Dominicana, participó en una siniestra reunión en la suite de un hotel en Atlanta, Estados Unidos. Algunos ex presidentes latinoamericanos, con tendencias del centro a la derecha, discutieron cómo barrer a sus adversarios progresistas del mapa. Al final, decía uno de los presentes, Luis Alberto Lacalle, ex mandatario uruguayo, “no podemos ganarle a esos comunistas por la vía electoral”.
La presencia de Pichardo allí era extraña,…sólo había ido a Atlanta gracias a la invitación de un ex presidente amigo, Vinicio Cerezo, de Guatemala.  Actual comandante de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal), Pichardo pertenece al Partido de la Liberación Dominicana, de izquierda.
El fundador del PLD, Juan Bosch, era amigo del cubano Fidel Castro y llegó al poder en los años 1960 por otra sigla que creó, el PRD. Siete meses después, era depuesto (oh, casualidad) por un golpe militar patrocinado por EEUU y (oh, sorpresa) apoyado después por Brasil, en el primer acto de política exterior de la dictadura militar instalada en 1964.
Ganador de las últimas cuatro elecciones, el PLD llevó al pequeño país de 10 millones de personas a la cima del crecimiento económico en las Américas en 2017, según los poco sospechosos Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial.
¿Si hubiera un “Plan Atlanta”, nombre que Pichardo escuchó en aquella suite de hotel en 2012, el PLD debería preocuparse? “Si debería preocuparse, no lo sé”, dice.
 ¿Y en qué consiste ese “plan”, después de todo? “En desmoralizar a los líderes progresistas a través de los medios masivos, con acusaciones de corrupción, incluso a sus familiares; con ataques a su comportamiento privado. Después, convertir los escándalos en procesos judiciales que terminen con su carrera política”.
La estrategia parece exitosa, a juzgar por el destino de Fernando Lugo en Paraguay en 2012 y de Rousseff por aquí en 2016, además de las dificultades de Cristina Kirchner en Argentina, de Rafael Correa en Ecuador y, por supuesto, de Lula.
El derrocamiento del petista sería la “joya de la corona”, algo que está cerca de suceder dado su inminente juicio en segunda instancia. En una entrevista a Carta Capital, Pichardo explica por qué y nos explica más sobre esta trama conservadora.

-¿El juicio contra el ex presidente Lula es parte del “Plan Atlanta”?
-Claro que sí. Toda la persecución que desencadenaron contra él es parte de la artimaña que busca descalificarlo para que no regrese a la Presidencia de Brasil y retome la aplicación de políticas públicas que favorecen a la mayoría. Esto en razón de que las oligarquías brasileñas y de la región no conciben que las riquezas generadas sean distribuidas con mayores niveles de justicia.
Es que no se dan cuenta de que en un proceso de distribución democrática de la renta, el consumo aumenta y ellos tienen más posibilidades de hacer negocios. Y no se dan cuenta porque están acostumbrados a acumular riqueza basada en la explotación de las grandes mayorías.

-¿Por qué Lula sería la “joya de la corona” del “Plan”?
-Brasil es la mayor economía de América Latina y se ha convertido en una de las mayores del mundo. Es el mayor país de la región en tamaño y población. Esto, obviamente, le dio el peso político que le permitió influenciar al resto de los países latinoamericanos, algo que, sin duda, aumentó durante la Presidencia de Lula, quien, al sacar a más de 40 millones de personas de la pobreza e incorporar a 16millones al mercado de trabajo se ha convertido en una referencia obligatoria. Esto hace de él, de acuerdo con los intereses de los sectores conservadores, un ejemplo indeseable.

-¿Qué otros líderes progresistas latinoamericanos sufren los efectos del “plan”?
-La última víctima ha sido Jorge Glas (vicepresidente de Ecuador recién condenado por corrupción y alejado del cargo), producto de una variante del “Plan” que parece haber sido perfeccionada y estilizada en la medida en que las personas percibieron lo que estaba pasando y han dado respuestas para rechazar el método inicial.
Dilma fue un ejemplo exitoso de ese plan. El presidente Lugo también, no sólo por el golpe parlamentario que lo sacó del poder, sino por la decisión del tribunal que lo descalificó de inscribirse para una nueva candidatura.
Podríamos decir que en el caso del ex vicepresidente (de Uruguay que renunció en septiembre) Raúl Sendic, la mano del “plan” podría haber estado allí, tal vez con la intención de desestabilizar al gobierno del Frente Amplio. No tengo pruebas, pero tantos casos parecen responder a un patrón similar.

-¿Cuáles son las fuerzas políticas detrás del “plan”? ¿Hay económicas también?
 -Las fuerzas políticas que operan en la red de esta conspiración son las que tradicionalmente sirvieron de apoyo a grupos conservadores vinculados a fuerzas extranjeras que tienen expresión en gobiernos y multinacionales. Son fuerzas de nuestra región que operaron como peones de intereses extraños a los nuestros, a los latinoamericanos.

-¿Crees en la participación de Estados Unidos en la maniobra? ¿Por qué?
-Las oligarquías de América Latina no mueven un dedo sin autorización o dirección de EEUU. Este país, desde que emergió como potencia, desbancó a las fuerzas europeas y transformó la región en su jardín. Pero eso estaba cambiando a medida que partidos progresistas comenzaron a asumir gobiernos y pararon la política de expropiación que los conquistadores europeos inauguraron después de 1493.
No era aceptable para los estadounidenses tal nivel de independencia política y económica. Y no lo era, ya que sus negocios obscenos deben responder a los intereses de los gobiernos de la región y sus pueblos. La revisión de contratos de empresas de petróleo y minería es un claro ejemplo del giro de los gobiernos de partidos progresistas a los negocios en la región, entonces EEUU tuvo que conspirar para volver a la expropiación.

-Usted apuntó algunas variantes del “plan” en su reciente libro La izquierda democrática en América Latina. ¿Cuales son?
-En algunas artes marciales, se enseña a derrotar al enemigo con sus propias fuerzas. Creo que una de las variantes del “plan” se basó en esta técnica. Decidieron asumir el poder con la victoria electoral del progresismo, recurriendo al reclutamiento de militantes de esas fuerzas. El reciente proceso electoral en Ecuador parece confirmar esta variante, que ya había sido expresada en la elección del secretario general de la OEA (Luis Almagro), llevado al cargo por los gobiernos progresistas, pues había sido ministro (uruguayo) de las Relaciones Exteriores de Pepe Mujica, y tras asumir su puesto declaró guerra a las fuerzas progresistas de la región.
Temer, el presidente de facto brasileño, llegó a la vicepresidencia en un binomio liderado por Dilma y el PT. Él fue cooptado para liderar la conspiración que sacó a la mandataria del poder. La división puede ser otra de estas variables. Creo que debemos prestar atención al caso de Argentina y a su última elección, que el peronismo ha perdido.

-¿Cómo lo explica?
-Participaron dos candidatos del peronismo, Daniel Scioli, que venció en la primera vuelta con el 36%, y Sergio Massa, que tuvo un 21%, votos suficientes para el triunfo del peronismo. La división causó la derrota. Me pregunto si esta fue sólo el producto de las luchas internas del peronismo o si una mano extraña del “Plan Atlanta” tuvo que ver con eso.
No sé, pero sin parecer paranoico, no excluyo nada. Tal vez deberíamos esperar los documentos desclasificados de la CIA en unos 50 años para resolver esta cuestión. Ahora, lo que creo es que debemos prestar atención a una posible variante del “plan” sobre la base de la división de fuerzas progresistas.

-¿Qué podrían haber hecho en su defensa o como reacción las víctimas del “plan”? ¿Por qué el “plan” parece victorioso?
-Siento que las fuerzas progresistas están desarticuladas, a pesar de los esfuerzos de Copppal y del Foro de São Paulo para definir políticas comunes que nos lleven a enfrentar con éxito los desafíos y amenazas que vivimos y nos amenazan. Muchas cosas podrían haber sido hechas para enfrentar el “plan” a partir de las particularidades de cada país.

-¿Qué deben hacer los gobiernos progresistas para no ser víctimas de este tipo de acción?
-Primero, estar atentos, nunca desprevenidos. En segundo lugar, no perder el contacto con el pueblo, porque si usted permanece en contacto en el día a día, a la hora de la amenaza y en la llamada al apoyo popular, hay respuesta. No hay una fórmula para enfrentar el plan, cada situación determina la respuesta.

-Usted trató del “Plan Atlanta” en un artículo de periódico en marzo de 2016. ¿Después de eso, hubo alguna consecuencia de su relato?
-Al principio, ninguno, hasta que los hechos llamaron la atención a la historia. Entonces empecé a sentir interés en lo que sucedió aquel día en Atlanta. Lo lamentable es que, sabiendo lo que estaba siendo tratado allí desde el momento en que sucedió, nada fue hecho.
Pienso que se podría haber articulado una estrategia de desmonte del Plan. Había tiempo. Ahora, sufrimos fuertes golpes para la institucionalidad democrática en la región. Es una pena. Pero yo confío en que nuestros pueblos no permanecerán tranquilos ante el desmantelamiento de sus conquistas y la posible vuelta de la pérdida de nuestra soberanía.
Fuentes: Carta Capital y Resumen Latinoamericano