domingo, 29 de abril de 2018

“GLOBERTISMO” Insalubridad Social



No se quien sea éste “Eddy Whopper”, imagino un seudónimo de alguien que navega las Redes Sociales sin deseos de manifestar su real identidad. No voy, respetuosamente, a poner en tela de juicio ese prurito, pero si alabar su abordaje sociológico, desde el punto de vista de la salubridad, de ese fenómeno asocial que él llama Macrismo, calificación que a priori desecho, por falta de sustancia doctrinaria de esa liviana moda, a la que, en consonancia con su vulgaridad conceptual y dialéctica, simplemente prefiero llamar Globertismo.

Ahora bien, adentrémonos en el interesante texto, que por la modalidad de llegada a mi conocimiento, por interpósitas personas, y en partes, no puedo garantizar su integridad sintáctica; pero si su lucidez.
  

"Creo que si hubiera un hecho, que confirmara de por sí y para siempre, que el macrismo pueda ser abordado desde el paradigma salud/enfermedad, ese hecho es la vuelta de Domingo Cavallo a la escena de las decisiones económicas.

 Cavallo, el implementador de las políticas de DESTRUCCION TOTAL de la economía nacional, el que procuró y posibilitó que de verdad "SE ROBARAN TODO", está hoy junto a Mauricio Macri, con el beneplácito somnoliento de una mayoría ya definitivamente intoxicada.

De la minoría beneficiada por la pauperización de su prójimo, ni se hable: el placer no puede provenirle sino de su perversión. 

Pero aquella mayoría... ¿no aplaude hoy el regreso de quien le provocó LA CRISIS MÁS AGRESIVA Y DEVASTADORA DE TODA SU HISTORIA?
¿No es, en último término, indiferente? ¿Y qué otra cosa resulta todo ello que un síntoma de grave patología, pues lo que se festeja o desdeña es, precisamente, la afectación del propio PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN?

Cuando los peritos psiquiatras deben discernir si un individuo tiene sus facultades mentales alteradas, en lo primero que centran su atención es en si su conducta tiende a resguardar su integridad psicofísica o si, por el contrario, el sujeto dirige sus acciones a dañarse. a menoscabar su estado de salud. Si el sujeto se auto-inflige daños, la conclusión es inmediata: está enfermo.

Es, precisamente, lo que se verifica en el macrista emocional, que está dispuesto a ser dañado a cambio de lenguaje amigable, legitimación de oscuridades morales y estética aspiracional.

Argentina, a la vista de cualquier lectura lúcida, está hoy enferma de macrismo, un fenómeno de sugestión colectiva cuyos afectados, sumidos en la ignorancia dolosa o en la perversión y saturados de anti-valores, resultan ser los principales garantes de la continuidad de ese estado mórbido.

Son ellos y sólo ellos los hacedores patológicos de su propia degradación, los artífices de su cercana miseria y de la de sus semejantes, los portadores de la vergüenza con que serán recordados y los titulares repudiables de una culpabilidad inexcusable, nacida y criada al calor de su histórica pobreza espiritual, que se materializa hoy en la ilusión “des-virtuosa” y “virósica” de un "cambio" de mil años."

Eddy Whopper

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