lunes, 31 de marzo de 2014

MODERNIZACIÓN HACIA LA BARBARIE


La evolución del acontecer social nos lleva en estos días a la repetición serial de situaciones ya superadas, aunque no tan aprendidas; ya que propuestos conductores “renovadores”, recomendados con bombos y platillos por los medios del poder hegemónico, buscan afanosamente embrutecer a nuestra sociedad mediante la cínica proposición de “renovarse” o modernizarse, mediante el retorno a “novedosos” métodos de justicia como la venganza y la punición por mano propia, agravado mayormente por la particularidad de incitarlos a actuar en grupo, conformando “bandas o patotas justicieras”.

Ante tal situación creo necesario recordar que cualesquiera de estas formas de acción se encuentran tipificadas como delitos y son procederes ya superados por la evolución humana.

Como todos conocemos por su antigüedad y por su estribillo propositivo del “ojo por ojo y diente por diente” a la Ley del Talión, no creo sea necesario su descripción, aunque es válido y justo acotar que como su proposición lo dice, la pena es proporcional al delito, por tanto, es mas civilizada que estas incitaciones bárbaras ; por lo que me limitaré a dar una somera descripción del salvajismo denominado linchamiento, con la esperanza de disuadir a quienes hayan sido seducidos por la vileza de las mencionadas propuestas de “renovación”.

Linchamiento es la ejecución sin proceso legal por parte de una multitud, a un sospechoso o a un reo. Puede producirse sin llegar a causar la muerte a la víctima, aunque esa sea taxativamente la intención inicial de la agresión.

Naturalmente, es un acto que está fuera de la Ley,  penado para proteger el orden público, ya que el Estado debe defender su monopolio de la fuerza (ius puniendi). Se puede producir de forma espontánea por reactividad social ante la conmoción motivada en un delito concreto. Sin embargo, lo más usual, es el desborde multitudinario resultante de la incitación premeditada, llevada adelante por grupos de poder interesados, por sus motivaciones de índole racista, religiosa, política, etc.; esto incluye  campañas planificadas con antelación.

Se puede dar tanto en el medio rural como el urbano. Se trata de evitarlo generando la conciencia  del Estado de Derecho. Es necesario disuadir, mediante la divulgación del hecho, que resulta común, que sean planeados por grupos de interés y producto de acusaciones falsas.

La palabra tiene su origen en el vocablo inglés lynching, al parecer originado a partir del apellido irlandés Lynch. Existen dos teorías al respecto. La primera, que se debe a James Lynch Fitzstephen, alcalde de Galway (Irlanda) en el siglo XV, quien se hizo famoso cuando en 1493 hizo ahorcar a su propio hijo tras acusarlo del asesinato de un visitante español. La segunda teoría se refiere a Charles Lynch, juez del estado estadounidense de Virginia en el siglo XVIII, quien en 1780 ordenó la ejecución de una banda de lealistas sin dar lugar a juicio.

La práctica del linchamiento se produjo en los Estados Unidos, principalmente a finales del siglo XVIII y hasta la década de 1960. Los linchamientos ocurrieron con mayor frecuencia en el Sur de Estados Unidos desde 1890 hasta la década de 1920, con un pico en el número anual de 1892. Sin embargo, los linchamientos eran también muy comunes en el Viejo Oeste.

La Universidad Tuskegee ha registrado que 3.446 afroamericanos y 1.297 blancos fueron linchados entre 1882 y 1968, algunos de estos linchamientos fueron realizados por grupos extremistas como el Ku Klux Klan. Los Estados del Sur crearon nuevas constituciones entre 1890 y 1910, con las disposiciones que los privaron de derechos a la mayoría de los negros, así como muchos blancos pobres, incluidas las leyes de Jim Crow. Las personas que no votaron fueron excluidas de servir en jurados, y la mayoría de los negros estaban excluidos del sistema político oficial.

 <<La justicia por mano propia, no es tal; es venganza>>
 

sábado, 29 de marzo de 2014

LOS BAJOS INSTINTOS DESBORDADOS DE LA JAURIA AVIESAMENTE INCITADA


29 de marzo de 2014 Aproximadamente18Hrs

Transcripción del relato del ciudadano Diego Grillo Trubba (42 años) por medio de Twitter

Charcas y Coronel Díaz. Ahora. La gente casi lincha a un carterista.

Fue todo muy angustiante, horroroso. Denme un rato y se los cuento

A ver. Lo voy a contar ahora. Entero. No voy a dialogar hasta no terminar de contarlo, espero sepan disculpar.

Ocurrió en Charcas entre Coronel Díaz y Billinghurst. Yo acababa de bajarme del coche de mi jefa, que me había acercado a casa.

Cuando quiero cruzar Billinghurst hacia Coronel Díaz, veo un tumulto. Estaba empezando justo ahí.

Al principio, de lejos, lo que se veía, era eso, un tumulto de gente. Personas que de repente entraban corriendo hacia un edificio.

De repente salían para unirse al tumulto. Me termino de acercar y empiezo a ver lo dantesco.

Era un edificio ladrillo a la vista, con la puerta de ingreso metida hacia adentro, había unos 15 m cuadrados de espacio.

Ahí, un tipo grandote con uniforme de portero estaba arriba de un pibe de unos 16/17 años, inmovilizándolo.

De repente, una de las personas del tumulto se acerca corriendo y le mete una patada en la cara al pibe.

Los otros que entraban y salían debían haber hecho lo mismo, porque el pibe ya estaba con la cara medio deformada.

Para que se entienda: de la boca le salía un río de sangre que primero formaba un charco en las baldosas y luego un reguero hacia la calle.

Cada vez que el pibe daba signos de que recuperaba la consciencia, alguien salía de la multitud y le pateaba la cara.

En el medio de todo esto, el portero (supongo) teniéndolo fijo contra el piso.

Medio porque me asqueaba la cara del pibe, miré hacia la gente. Estaban todos sacadísimos.

Yo estaba petrificado, con la bolsa que compré esta mañana para el casorio de mi hermana la semana próxima.

Realmente, no sabía qué hacer. Paralizado. No podía moverme. Parado, solo giraba la cabeza.

En el medio, obvio, seguían pateando al pibe. Algunos en la cara, otros en las piernas.

El resto del cuerpo se lo protegía (no sé si sin querer) el portero que tenía encima, inmovilizándolo.

Una mina de unos 55/60 años se acercó corriendo y empezó a gritar "¡lo van a matar! ¡paren que lo van a matar!".

La mina reaccionó, yo no.

Era como ver animales. En los gestos no había restos humanos. Uno de los que lo pateaba hasta tenía un hilo de baba colgando de la boca.

De repente uno de los que pateaba se apartó para tomar aire. Se sentó en el cordón de la vereda. Tenía unos 30/35 años.

Me le acerco y le apoyo la mano en la espalda. "Ya está, flaco, basta, ya está."

El pibe alza la cabeza. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Me dice "le afanó la cartera a mi mujer, el hijo de puta".

No sé, la frase me impactó y desvié la mirada hacia Coronel Díaz (estábamos a mitad de cuadra). Ahí vi lo que no me olvido más.

Sobre el pavimento, cerca del cordón de la vereda, dos zapatillas. Sueltas. A unos 5 metros de donde pasaba todo.

Miro hacia el edificio. El pibe estaba descalzo. Se ve que corría, le metieron una patada y el impacto al volar le sacó las zapatillas.

El flaco sentado en el cordón, el que le habían afanado la cartera a la mujer, se empieza a agarrar la cabeza y a llorar.

El que le había pegado al pibe. "Basta", decía, "basta de todo esto".

No sé si estaba horrorizado del robo, de la golpiza o de todo. Pero lloraba y decía "basta".

En el medio se acercaba más gente. La gran mayoría gritaba "mátenlo". La amplísima mayoría. "Mátenlo así no jode más".

La cosa ya se había ido a la recontra mierda. Dos viejas pedían calma.

Un pibe, veintipico, barba larga, rapado, planteaba que era de cagones pegarle al pibe entre todos. "Peguémosle de a uno, nos turnamos."

Otro asentía y decía "tiene razón, peguémosle de a uno, es más justo".

A la mina que pedía que no lo maten le empiezan a gritar "¡usted debe ser la madre y lo quiere proteger, hija de puta!".

Ahí empecé a llamar a la cana. 911. Imposible.

Me entré a angustiar mal. La sensación era que si la cana no llegaba al pibe lo mataban.

25 minutos, tardó en llegar la policía.

En el medio, la gran mayoría que seguía gritando que había que matar al pibe.

No puedo explicar cómo, no lo sé, no sé por qué, pero en un momento las patadas se empezaron a espaciar hasta que terminaron.

Me acuerdo de un tipo que los frenó. Gordo, barba, pelirrojo, medio pelado, por los 50.

Su explicación para frenarlos era absurda, pero efectiva.

"No lo maten, no vale la pena. Si por mí fuera le vacío una 9mm en la cabeza. Pero ya está, no vale la pena."

Una vieja me mira y me dice "esto es el hastío, estamos hartos, nos vamos a matar entre todos en cualquier momento."

Yo no podía hablar. Creo que le asentí.

Cuando llegó la cana, los que más habían fajado al pibe empezaron a rajarse a la mierda. Fueron los primeros.

Uno la mira a la vieja que más había pedido que frenen y le dice en voz baja (al lado mío) "a vos también te doy, hija de puta".

Nada, la cana medio que calmó la cosa. La gente se desperdigó. A mí me temblaban las piernas.

Estoy seguro de que cualquiera de los que patearon al pibe, en otra situación, uno les habla y parecen gente, buena gente.

A ver si se entiende: eran tipos normales, como ustedes o como yo. Y estaban dispuestos a matarlo.

Mi reacción fue miserable. Ni estuve entre los salvajes ni entre los contenedores. Me paralicé.

Mientras tipeo esto sigo transpirando frío.

Las preguntas son diez millones. Me recorren la cabeza.

¿Hasta dónde llegamos? ¿Cuándo esta sociedad se hizo así? Tengo casi 43 años, y NUNCA fuimos así. Nunca. Nunca vi esto.

¿Qué es lo que nos transformó en esto? ¿Cuánto influye que Massa diga que el Código liberará a los chorros?

Disculpen que me trabe o no sea coherente, pero estoy llorando.

Al pibe se lo llevó la cana. Ni sé si quedaba alguien para denunciarlo. Creo que no.

Insisto, ¿cuándo, qué, cómo nos transformamos en esto?

¿Qué es lo que nos hace sentir tan huérfanos de Estado que empezamos a actuar como el Estado?

¿Para qué mierda vivimos como sociedad? ¿Para esto? Como decían alguien: "Paren, entonces yo me quiero bajar."

Tampoco defiendo al pibe, que debe ser un jodido. Digo: es como que se enfrentan monstruosidades.

Alguien me dice por privado (luego los respondo) que parece un relato de Stephen King. Sí, es el horror.

Como decía Marlon Brando en Apocalipsis Now: "El horror, el horror."

Esto pasó, también, porque todo indica que la cana liberó la zona hace unos meses.

Son una sumatoria de locuras, una sumatoria de horrores. No sé cuál fue el primero, pero sé que no quiero pasar por esto nunca más.

¿Quién pone el pie en el freno? ¿Nadie se aviva de que estamos fuera de control?

Nada, eso. Disculpen si fui desordenado. Quería contarlo ahora, ver si así me lo sacaba de adentro.

Les mando un abrazo, me voy a tirar en la cama a ver si se me pasa la angustia y el dolor de cabeza.

Solo agrego una cosa: no quiero, me niego a que nos acostumbremos a esto.

 

Hasta aquí el relato.

¿Que para que me hago eco de esto?

Simplemente, o complejamente, porque me trae reminiscencias de otras épocas y situaciones.

El autor del relato era un niño de poquísimos años, pero yo era un joven estudiante universitario, mientras la sociedad se enfrentaba al avecinamiento de la mayor tragedia de nuestra historia; la sanguinaria dictadura cívico-militar.

Quizá el reflejo de esa experiencia, por mi vivida, de la que nuestro amigo no tiene memoria por sus escasos años, nos ayude a interpretar el comportamiento colectivo a todas luces impropio, ante ciertas situaciones paradigmáticas.

Finales del gobierno de Isabel, los medios concentrados del momento instilando insidiosamente su veneno a la sociedad inerme. Operaciones de prensa cruzadas, declamaciones de todas las tendencias en pugna, interesadísimas en influir a favor de sus casi siempre malsanos objetivos.

Aun teniendo en cuenta la infinita menor gravedad del momento actual, ¿no le suena vagamente conocida la descripción?

¿Cuál fue el efecto miserablemente buscado y obtenido en aquella oportunidad?

El mismo que ahora, aquella vez “exitoso” en término de los objetivos malsanos buscados por sus propaladores y que fervientemente auguro fracase en esta “remake”.

 El anestesiamiento del instinto de supervivencia del cuerpo social, que llevo a reacciones a todas luces desnaturalizadas, que se expresaron en la sucesión histérica de las frases escatológicas del sinsentido: “No se puede más”, “La situación está desbordada”, “Nadie hace nada”, “Que alguien ponga orden”, “Hay que actuar con mano dura”, “Algo habrán hecho”, ”El silencio es salud”, “Somos derechos y humanos”; para terminar excusándose finalmente  de todo lo implícitamente consentido por medio de esas expresiones, con la culminante, falaz, infantil  y asquerosamente autoindulgente “YO NO SABIA QUE ACTUABAN DE ESA MANERA”.

Debemos tener un comportamiento social adulto y responsable que nos ponga en resguardo de repetir errores y horrores pasados, de otro modo se pondría de manifiesto que nuestra inmadurez nos hizo acuñar en balde la expresión colectiva de rechazo a la barbarie que significa el  “NUNCA MAS”.

Para finalizar les dejo una frase que significaría nuestra comprensión y deseo que los derechos y obligaciones de todos nosotros se mantengan permanentemente  en una alta consideración.

<<El que atrapa a un caníbal y se lo come, es peor que el caníbal>>

“NUNCA MENOS”  

domingo, 2 de marzo de 2014

¿POR QUE MATARON A MORENO?


Es dable suponer que será improbable confirmar, siquiera, la siempre viva sospecha, que pesa sobre la desaparición física de Mariano Moreno, casualmente en un barco del imperio británico, siempre “goloso” de extender sus garras voraces, donde hubiere posibilidad.

Del mismo modo, a la luz de nuestra experiencia y vicisitudes, tras 200 años de vida independiente, es válido especular sobre los posibles beneficiarios de esa “conveniente” desaparición, mas aún, teniendo en cuenta el “silenciamiento” al que ha sometido la historiografía “oficial-liberal” a semejante personaje.

Habida cuenta, que no fue, como olvidadiza e intencionadamente se dejó traslucir, un  ”simple secretario”, sino, por el contrario; el ideólogo, redactor e impulsor del <Plan de operaciones de la Primera Junta de gobierno de la Revolución de Mayo>, veremos allí, todo el cúmulo de su brillante pensamiento, moderno luego de 200 años; fuente, especulativamente, del porqué de su destino, como respuesta al interrogante del título.

En dicho plan, Moreno deja sin sustento, todo el andamiaje liberal-imperialista, “aggiornado” hasta nuestros días con el actual ropaje neoliberal-cipayo; poniendo de manifiesto, si esto fuera difundido, la matriz claudicante-entreguista de muchos que figuran como “civilizados republicanos” en el altar herético del liberalismo y exculparía, sin mácula, a los que fueron desplazados de el, por “barbaros tiránicos”.

Para no extendernos demasiado, dejo para vuestro razonado análisis, algunas pocas de las ideas, que Moreno expusiera para dar sustento y éxito, ¡vaya si lo tuvo!, a la lucha emancipadora que inevitablemente sobrevendría, para asegurar la independencia.

Para el desarrollo autónomo  <<Se pondrá la máquina del Estado en orden a la industrialización, para desarrollar fábricas, artes, ingenios y demás establecimientos, así como en agricultura y navegación>>

Para su financiación con recursos propios  <<Hay que recaudar impuestos por  500 a 600 millones de pesos a las explotaciones mineras del Alto Perú >>

Defendiendo la justicia de esa decisión <<Se descontentará a 50 o 60 individuos, pero hará recaer ventajas sobre cientos de miles de ciudadanos>>

En que basaba su posición sobre la organización social <<Es máxima probada, que las fortunas agigantadas, en manos de pocos individuos, en proporción a lo grande que sea un Estado, no solo son perniciosas, sino que sirven de ruina a la sociedad civil, cuando no solamente, con su poder, absorben los frutos del Estado, sino que no remedian las necesidades de los infinitos miembros de la Sociedad>>

Sobre las consecuencias buscadas del Plan <<Las medidas enunciadas producirán un continente laborioso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que se necesita para la supervivencia de sus habitantes, no hablando de aquellas manufacturas, que como un vicio corrompido, son un lujo excesivo e inútil, que deberían evitarse porque son extranjeras y nos las venden por mas oro de lo que pesan>>

¡Cómo no reconocer la vigencia de estos postulados, si todavía nos encontramos, en nuestra realidad política actual, con “dinosaurios” que predican ideas “entreguistas” con argumentos anteriores, por caducos, a los que definieron nuestra gesta independentista; pretendiendo convencernos de su modernidad y presentándose como “renovadores”!

<< ¡HIZO FALTA TANTA AGUA PARA APAGAR SEMEJANTE FUEGO! >>